Frente a la propuesta de la Federación Agraria, cuyo texto emana un indisimulable "tufo" kirchnerista...
Frente a la antológica frase del comienzo; probablemente la súplica más VERGONZOSA que esclavo, siervo de la gleba, explotado o confiscado alguno haya podido expresar en la historia de la humanidad... Genial resumen que en apenas 14 palabras logra erigirse en el MONUMENTO A LA INDIGNIDAD más perfecto que productor alguno (si es que los hay en la FAA) haya podido sintetizar, a saber:
"Venimos a poner el hombro (sic), pero necesitamos que el estado (sic), nos brinde una muleta (sic)"
Frente a esto, los productores autoconvocados decimos:
"UNIDOS O SEGMENTADOS"
¿POR QUE
DECIRLE NO A LAS RETENCIONES SEGMENTADAS?
1. Aceptar
retenciones segmentadas es convalidar las retenciones como instrumento (ver: ¿Por que decimos no a las retenciones?)
Para hablar de retenciones segmentadas hay que hablar de retenciones y "convalidarlas" con el cuento del tío de los viejos dirigentes agropecuarios estatistas que quieren un puestito para partir (segmentar) y repartir. Son mas perniciosas que las retenciones en si mismas porque generan la justificación de las retenciones y una casta agroparasitaria enquistada en el estado.
Empezaron siendo un 10 %
que pidió Duhalde para salir de una emergencia, fueron denostadas por Loustau
en su libro, criticadas por kirchner en su campaña electoral y terminaron
siendo un 45% móvil.
Hace más de 50 años el
campo sufre retenciones con el argumento de favorecer el desarrollo de la
Industria.
La industria necesita el
fin de las retenciones más que el mismo campo. Para terminar con el industrial
infantil y protegido- Para superar la
etapa de la industria con andadores que nunca aprende a caminar. Para “ser
industria” genuina, competitiva, sustentable y no un simple concesionario de
favores oficiales.
2. La justificación de
las retenciones segmentadas debilita todos los argumentos esgrimidos contra las retenciones en general.
Si aceptamos las
retenciones en función del tamaño del productor convalidamos "la violación
a los derechos y garantías constitucionales" para algunos y "la
viabilidad de los impuestos confiscatorios" para otros.
Alentamos la
supervivencia del poco académico concepto de "renta extraordinaria" y
aceptamos la discriminación al sector y
al interior en comparación con otros sectores donde no se distingue entre grandes y
chicos.
Los principios constitucionales
son válidos para todos o no son válidos para nadie. Al proponer retenciones
segmentadas se le da al gobierno una razón para ignorar este “limite” y avanzar
sobre la propiedad, la renta y las garantías de nuestra Carta Magna bajo la excusa del grande y el chico.
¿Las retenciones son discriminatorias porque gravan al sector
agropecuario con impuestos que otros sectores no pagan…; Porqué distraen
dinero que se destinaría naturalmente a poner en movimiento el aparato
productivo de las Provincias (maquinaria, servicios agronómicos, etc…)?
Si esto ocurre con un
productor de 100 hectáreas, ocurre también con uno de 3.000. Los grandes
industriales o comercios no tienen ingresos
brutos segmentados. ¿Por qué los debe tener el campo?
En definitiva,
fundamentar las retenciones segmentadas destruye las razones que tenemos para
decirle “no para siempre” a las retenciones.
Pero además…
3. Las retenciones
segmentadas avalan un prejuicio histórico según el cual sólo se puede ser rico
o grande en Bs. As.
En cualquier lugar que
no sea una gran ciudad un rico es para la progresía urbana "un señor
feudal”.
Si el objetivo es “la
igualdad”, “la distribución de la renta” o cualquier otra medida de las llamadas “progresistas” conviene
comenzar por imponer retenciones segmentadas a actores económicos mucho más
poderosos y concentrados que el más poderoso de los agropecuarios.
Así, por ejemplo, en la
Industria automotriz, Gral. Motors pagaría 40% de retenciones y un pequeño
taller que comience a fabricar autopartes, no pagaría nada. Carrefour abonaría
un Ingreso Bruto (equivalente a una retención) del 35% y el pequeño comercio
estaría exento. Los hoteles k abonarían un 50% de su facturación como ingreso bruto y los
pequeños hospedajes estarían dispensados.
Si el objetivo es que el
pez grande no se coma al pez chico, este criterio debiera aplicarse primero en actividades
como los hipermercados, el juego, las compañías aéreas, la industria automotriz,
la minería, donde claramente ser chico
es una desventaja insalvable.
No podemos aceptar comenzar por el agro, que
ha demostrado ser la actividad más atomizada, dinámica, variada y competitiva
de la República Argentina.
No alentamos estas
medidas en otras actividades. Queremos demostrar por reducción al absurdo lo
insólito y discriminatorio del tema.
4. La segmentación es técnicamente inaplicable.
Para ser consecuente con
sus propósitos la segmentación requerirá contemplar
innumerables variables (volumen,
capacidad productiva de la región, rindes promedios, distancia a puerto, eventos
climáticos, inversión requerida). Todo esto llevará a depender del capricho del
funcionario o a tener que inventar un algoritmo tan complejo que invita a una conclusión
inevitable: es más práctico que el estado expropie todos los campos, produzca
como una sola empresa y asigne a cada uno un sueldo.
Este análisis ya se hizo
(“La Sagrada Familia” de Karl Marx). Y la receta se aplicó en algún lugar (Ex
URSS) con resultados poco esperanzadores.
5. Segmentar para defender
al pequeño productor del grande o de los pools de siembra implica equivocar el
enemigo, el diagnóstico y el remedio.
La concentración se debe
evitar sacando impuestos. No con medidas
negativas de castigo al productor grande o a aquel que ha encontrado formas
eficientes de asociación y organización.
Nadie trabaja, ni se
esfuerza, ni busca ser mejor para "ser chico". Contradice la lógica y
el espíritu de la “burguesía” (pequeña o grande) a la que todo productor
pertenece.
No se utiliza este
criterio para fomentar al deporte, ni el arte, ni el desarrollo industrial
¿Porque debiera utilizarse para el sector agropecuario?
6. Aún considerando que los Pooles o los grandes productores son "el mal" y que perjudican al pequeño productor, las retenciones segmentadas son el peor instrumento (un bumeran) para limitarlos.
Si los que molestan son los "mentados 3.000 mega productores" que podrían sembrar toda la Argentina como pontifican algunos castrodirigentes, lo lógico sería proponer medidas que afecten "sólo" a estos 3.000 mega productores, y no una medida como la segmentación que "jode" a los 300.000 productores agropecuarios del país obligándolos a recorrer oficinas públicas presentando papeles para justificar una lastimosa "pequeñez" y acceder a una humillante "devolución clientelizadora" por parte del Estado.
Desde ya que rechazamos este tipo de medidas, pero la mencionamos para mostrar que la propuesta de segmentación no es sino una forma de encubrir la nula voluntad por eliminar retenciones; como lo ha demostrado la dirigencia que hoy propone la segmentación mientras en su momento boicotéo en el Congreso el proyecto de reducción de retenciones de los agrodiputados Buryaile y Casañas).
7. Las retenciones
segmentadas son una invitación a la corrupción y el clientelismo.
Sobre todo si operan
mediante devoluciones o compensaciones (es difícil imaginar otro mecanismo).
Fomentarían la
corrupción del sector promoviendo el uso de testaferros y mil y un artimañas para
no quedar afuera del beneficio. Gestores, comisionistas, intermediarios,
consultoras. La historia es conocida.
¿Nos queda alguna duda
después del festival de subsidios desvergonzados pagados por la ONCCA?
8. Las retenciones
segmentadas hacen perder foco y fuerza estratégica.
Un objetivo estratégico
debe ser claro, sencillo, fácil de concretar y verbalizar.
Retenciones segmentada
¿Cuánto? ¿Cómo? ¿A quién? ¿Que pasa con las familias grandes que han unificado
sus procesos administrativos y productivos? ¿Deberán volver a dividirse? ¿Es esto
conveniente?
¿Está mal asociarse para
achicar costos y gozar de los beneficios de la escala como en cualquier otra
actividad?
Un objetivo estratégico
eficaz une a la tropa. Las retenciones segmentadas la dividen y la dividirán
aún más cuando empecemos a discutir el cuánto, el a quién y el cómo.
9. Proponer retenciones
segmentadas constituye un error que en "teoría de la negociación" se conoce como
“perder el ancla”:
Es contraproducente
plantear objetivos de mínima tales como: “segmentación”, “suspensión por 180
días”, “disminución de las retenciones…”, “movilidad”, “bandas” o “retenciones a cuenta de ganancias”.
De ser propuestos por el
sector agropecuarios serán el mejor argumento para oponerse a su remoción en el
futuro.
El sector no debe
condicionar su legítimo reclamo a la
necesidad financiera de un estado helefantiástico voraz e insaciable.
Retenciones cero y
apertura total de las exportaciones deben ser el piso para abrir la boca en nombre del campo.
10. Unidos o segmentados. La segmentación "divide" a los productores. No ha sido una idea de las "bases" sino de dirigentes agropecuarios filokirchneristas.